Caminos blancos

Seamos consientes que el universo trabaja para cumplirlos. Ten cuidado con lo que deseas, pues lo más seguro es que se haga realidad.

Desde niña he escuchado “sigue el camino amarillo” de la clásica película El Mago de Oz, donde si recorrías aquel camino encontrarías todas las pruebas que necesitabas aprender para la prueba final. 

 Pero hace unos días conocí el concepto de los “caminos blancos”, que me parece aun más interesante. Les comparto. Tener o desear un camino blanco, es ver más allá de las pruebas o requisitos que tienes que juntar para una prueba final, pues no la hay. El camino blanco te enseña a vivir en el presente. 

Es desear que los obstáculos que te encuentres en la vida no te hagan sombra o ruido interior. No es desear “que no le pase nada”, si no que lo que te pase, sea de la mejor manera. 

 No puedes desear evitar lo que es inevitable. En un ejemplo concreto: que tengas que ir al hospital. Pero puedes desear un camino blanco cuando vayas al hospital; que no te toque tráfico, que no tengas que esperar al doctor, que el diagnóstico sea positivo, es más hasta que el doctor ¡este guapo!. Es decir que lo que tengas que vivir, sea siempre de la mejor manera. 

Los caminos blancos los puedes desear para aquellos que te importan y también lo puedes pensar para ti. 

Es pedir que el aprendizaje sea siempre de la mejor manera, sin tanto esfuerzo, sin desgaste, que sea natural y en armonía, que siempre sea la mejor manera de vivir lo que te toque vivir. 

 Es la manera más bonita de amar, pues no es imponer ni pedir nada que no este en nuestras posibilidades, es soltar el control. En un camino blanco cada quien lo recorre y lo crea pues entra el poder de decisión y co- creación con el destino.

Es una línea perfecta de energía que fluye entre cada quien y su camino. Cada quien tiene su propio aprendizaje. Recuerda que la vida no nos cambia de lección hasta que hayamos aprendido lo que nos toca aprender. 

¡Que importante es abrazar tu realidad!, tu presente, tu momento. Simplemente aceptar y vivirlo de la mejor manera sin que te robe la paz o el reloj te persiga. Sin tener que cumplir con el deber ser, que sólo pone una piedra gigante sobre nosotros haciéndonos chiquitos y atormentándonos con ese torbellinos de pensamientos que viven dentro nosotros mismos, silenciando nuestro verdadero propósito, que es el aprendizaje y el crecimiento en alguna de las áreas de nuestra vida. 

 Hay pruebas para el alma, para la mente, hay físicas, hay espirituales, familiares, laborales, profesionales, etc. Somos un prisma con muchas. Estamos formados de todos, estamos formados de todo, para ser uno con todo.

 Pon en tu camino aquellos deseos que viven en tu corazón, los anhelos que traemos dentro, aquellos que revolotean en la cabeza dormido y despierto. 

 Hagámonos la promesa de disfrutar lo que deseamos. Muchas veces desdibujamos la majestuosidad de todo lo que hay detrás de lo que es nuestro y nos quejamos de aquello que deseamos y por lo que trabajamos. Cuando tengas en tu vida lo que deseaste, abrázalo tan fuerte que ni tus pensamientos sean capaces de cambiarlo.

 Esta navidad, deseemos caminos blancos a los nuestros, no solo de nieve, si no de verdad, de paz, de armonía, de aprendizaje. De recorrer lo que nos toque recorrer con paz, sin sombra, sin angustia, respirando y viviendo nuestro eterno presente. 

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