Vengo del futuro

Donde la gente se respeta entre si, donde el dinero dejo de ser un problema, donde el mayor interés esta en el capital humano y en las ideas a desarrollar. Vengo del futuro donde no se mimetizo la cultura y se hizo solo una, si no que por sus diferencias brillan, donde la riqueza esta en el diálogo y en la innovación, donde el foco esta en el aprendizaje y en el mejoramiento social. Donde la discriminación no es tema, solo el empoderamiento de las áreas de oportunidad bien guiadas a hacia la construcción de un futuro que se vive hoy. 

Estar en la Expo 2020, es una sensación de caminar en una maqueta virtual, donde nada falta, donde nadie sobra, donde todos somos necesarios, donde así es como debe de ser, con las diferentes ideologías que enriquecen el camino con la diversidad de caminos que hay por explorar. 

 Espacios que te abrazan y cuando te regalas unos minutos de soledad y te hacen sentir parte de un todo. Como es el espacio del Pabellón de México en Expo Dubai 2020.

Un pabellón con alma, tejido a mano por cien señoras de Jalisco que sin duda atrapa las miradas de cualquiera que lo ve, no solo por la estética si no por las manos que hablan del alma que se teje en entre sus colores y tejidos, que se distingue por lo que somos los mexicanos, alma antes que cualquier cosa. 

Destaca por la riqueza ancestral que muestra en la exposición en diferentes pantallas en distintos cuartos infinitos que te conecta con las culturas ancestrales en este viaje al interior te recuerda que el tiempo es relativo y que perteneces a un todo y así como eres parte del universo el universo se completa contigo. 

En este eterno viaje natural que recorre miles de kilómetros enteros con el único fin de vivir, como es la mariposa monarca, que crea ríos de color naranja y con suavidad y sutileza, sin ruido pero con alma, atraviesan desde hace milenios países enteros, y regresan a México pues es aquí donde completan su ciclo de vida, completan su alma.

Y es que nos lo enseñan las mariposas son su fragilidad;  las ballenas con su majestuosidad, recorrer miles de kilómetros para volverse a encontrar, y entonces poder abrir alguna de las miles de puertas que se te presentan, imaginando como el destino se teje con el poder de decisión para crear siempre una nueva realidad.

Y es lo que paso con los mexicanos que pudimos presenciar México en Expo Dubai 2020, viajar miles de kilómetros para saber de que estamos hechos, para escuchar como sonamos cuando hablamos bien de México, cuando juntos sonamos mejor. 

Cuando el mariachi suena lejos, suena aun más, resuena en nuestro corazón y por minutos todos somos parte de esa utopía mexicana, de ser parte de lo mas bonito y nada más, de ser esos puentes entre nosotros y entre la riqueza de los demás países para igualar realidades, de presumir lo nuestro y sin mas generar oportunidades globalizadas e innovadoras para nuestra gente, para nuestro México que somos todos. 

La agenda cultural y los eventos que se manejaron alrededor del día nacional de México fueron nota en el resto de los pabellones, Javier Camarena, Elisa Carrillo, El ballet de Amalia Hernández, Ángel Rodríguez, Benito Rodríguez, la Sonora Santanera, el embajador y señor de los mares el buque escuela Cuauhtémoc y toda su tripulación que llegaron a engalanar el puerto Rashid, y todo el talento mexicano que pusó un toque aún más cálido que el desierto Emirati.

Reconozco el talento no sólo que pudimos percibir en los escenarios de la semana nacional de México, si no de todo el equipo mexicano con jornadas inacabadas que hacen todo para que la enorme responsabilidad de llevar el nombre de México a la altura que merece. En especial, reconozco el trabajo y la magia que crean juntos de la Subsecretaria de Relaciones Internacionales Martha Delgado y el director del pabellón de México en Dubai, Bernardo Noval. Cuando la gente con visión se junta, nos llevan a lugares que se parecen al futuro, donde puede existir el México con el que todos soñamos. 

Firma; una mexicana, enamorada de una posible realidad. 

 

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