Un oasis en la ciudad
Me gustan los lugares que tienen su propia personalidad
De los que no necesitas de reservación y te pasan sin más
me gustan los que tienen sus lujos simples pues su máximo su lujo es recibirte
me gustan cuando te hacen sentirte parte de
a lo que huele y a lo que sabe y te hace sentirte en un rincón, que no es tu casa pero que te hace sentir bien y escapar un ratito a un lugar de paz
donde no eres nadie mas que un simple comensal
y puedas encontrar un lugar de trabajo, de amistad o de bendita soledad
donde no necesitas tacones y la elegancia se ve en la mirada del personal
los que la presentación del plato no es la mejor pero te conocen por tu nombre y saben tu capricho especial
los que no son ligados a experiencias caras y sería complicado volverlo a replicar
los que tienen esencia y sabor a hogar
los que no pretenden ser, simplemente son
donde las plantas crecen diferentes en cada maceta que es diferente a su vez.
y las galletas son hechas mano y tampoco quedan igual
donde siempre sabe igual, pero te hacen sentir diferente
donde no esperas, si no que te esperan
donde reírse fuerte esta permitido pero también respetan tu privacidad
esos rincones que no quieres revelar para que nadie invada tu oasis especial
donde te dejan ser tú; sin protocolos, sin filas, sin apariencias
Donde los muros cuentan la historia del lugar y la vieja cafetera no se cansa de funcionar
Donde confías en la sugerencia del día pues siempre hay una novedad, aunque normalmente siempre repites tu platillo especial
Donde se vuelve rutina desear un buen día a los que hacen la magia del lugar
Para despedirse con un ¡nos vemos mañana en el mismo lugar!