Satendra
Hay personas que la vida las tenía “prefabricadas” solo las tenías que conocer
Una leyenda hindú dice que “ cuando las novias se casan es cuando están más cerca del cielo” y cuando vuelvo a este recuerdo es así como lo considero.
Es el caso de mi papá hindi, Satendra. Mi guía que en una tarde se convirtió en mi papá.
Él de la India y yo mexicana, no hay sangre, ni historia, pero hay historias que no vale la pena siquiera contar cuando desde antes fueron escritas ya, y al vivirlas te das cuenta del sin sentido cuando la mente interpreta y de la sincronía perfecta cuando lo lee el corazón.
Una ceremonia, un Sari rojo; mi novio con turbante, un sacerdote en hindi y su ayudante, al rededor del fuego sagrado representando la confianza en el matrimonio hindú, aventábamos, flores, pétalos; semillas como símbolos de prosperidad... me sentía en una películao en un documental... me decía a mi misma, ¡¡¡pon atención!!! Para poder recordar por siempre este místico momento, entre danzantes y flor de cempasúchil, que contrario a cómo lo aprendí ese día, representaba la vida. Mi cabeza leía todo, quería grabar cómo cincel en la piedra, y con ojos y menté abiertos estaba cegada a lo que estaba pasando en realidad.
Pasaron más simbolismos de estos que puedo narrar, entre música de flauta en una noche perfecta; que no recuerdo si hacía frío o calor porque no era necesario pensar en ello, y los rezos de los cuales no pude reconocer una sola palabra se formó un pacto de vida, un compromiso no hablado, una unión que no sé porque pero sigue viva entre mi papá hindú y yo.
Símbolos que navegan y trascienden formas, henna en las manos ocultando el nombre del novio y así descubrir una noche antes su nombre en una ceremonia de mujeres que elevan sus rezos y peticiones para prosperidad del matrimonio, depende de que tan fuerte agarre el color del henna significa cuanto te va a querer el prometido, siempre en un baile cuidadoso entre castas nadie se sube, nadie desea experimentar nada que no le corresponda, así no hay sufrimiento, el tercer ojo en el entrecejo; dos para ver a fuera y uno para ver dentro, joyas; use los suvenires que había comprado en el viaje pero eran pulseras que llegaban hasta el codo, es representar la riqueza, carruaje jalado por caballos para conocerse a primera vista, lluvia se pétalos como lluvia de bendiciones, sari rojo subrayando la sensualidad, escolta de fuego como elemento sagrado enmarcando la procesión, quitarse los zapatos al entrar al kiosco como símbolo de pisar territorio sagrado, sagrado por la promesa que se hará, una fogata; el fuego simboliza la confianza, 7 vueltas alrededor del fuego representando las 7 vidas, en vez de anillos de compromiso se intercambian unos collares de flores que quiere decir “yo te pertenezco” y en se atan dos partes de los trajes con nudos que se tienen que deshacer en la noche después de la ceremonia representando la unión, frutas representando la abundancia, y Satendra como interprete de cada ritual, sin invitados mas que los dos locos que se juraban amor para la eternidad. A partir de ese momento, según el hinduismo” tendré que pintarme una raya roja en la cabeza, “estoy casada”. Y entre danzantes de colores salimos camino al templo de Shiva, a quien con gratitud fuimos por una bendición. Y entre sus miles de brazos nos dieron un dulce que representa la dulzura que los dioses traen a tu vida. Y después mi novio sin turbante, ha seguido tejiendo una historia mágica, detallada, trascendente, irrepetible.
Llega el momento de la ceremonia donde con una especia amarilla “el padre” ponía esa sustancia en sus manos representando la vida; y cómo símbolo pasaba la vida a “la hija” y ponía esa sustancia parecida en color y textura a la mostaza que estaba en las palmas de sus manos las dejaba deslizar en las manos de “la hija” enseguida ella se volteaba con el esposo con quien estaba contrayendo nupcias y con el mismo gesto que el padre acaba de hacer, la hija que se casaba, es decir la esposa entregaba esa misma sustancia al esposo materializando de alguna forma estar entregando su vida. Un acuerdo que se tejió con hilos de desinterés y convicción.
Para Satendra, (quien viste una playera caqui en las fotos) ese momento pudo haber pasado desapercibido como una simple turista más, pero a lo largo de los años le ha dado todo el compromiso y peso a la relación; pues no pasan mas de un par de meses cuando me siguen llegando mensajes, una frase que siempre viene al caso, un meme, un recordatorio que del otro lado del globo hay un ser de luz que piensa en su hija mexicana. Un abuelo hindú que ha hecho llegar pan jabís a sus nietos trillizos, y que cada festejo de color en la India o fecha importante en mi calendario occidental está él haciéndose presente y escribiéndome “Dear Daughter” ....
Me conmueve profundamente un par de mexicanos que han coincidido con Satendra, este guía, si de turismo pero también guía de muchas otras cosas, y me mandan mensajes diciendo ¡conocí a tu papá hindú! siempre pregunto... ¿cómo llegaron a mi? Y es que es muy simple. El recibe al grupo de mexicanos y se presenta diciendo que el el Satendra y tiene una hija mexicana; Paola Albarrán... ¿cuantas veces dirá esa historia? para que entre los millones de allá y los millones de allá, me llegue un mensaje de alguien más, mandándome un beso de mi papá hindú.
¿Por que se recibe cariño eterno donde jamás siquiera lo sembraste? Van más de 8 años de haberlo conocido y de no volverlo a ver. Y por fortuna es una persona que está siempre cerca de mi y su luz y bendiciones hindúes me llegan hasta acá, sin importar usos horarios, nacionalidad, religión o cualquier otra limitante , no tengo nada hindú mas que un maravilloso recuerdo cómo de las mil y una noches que me dejo un papá hindú, ¡que suerte la mía!
Su tercer ojo pintado en medio de su entrecejo, abrió mis ojos para fijarnos que el cariño real llega para quedarse y con los empaques menos esperados, y entre saris y serpientes encantadas saliendo de cestos, el Taj Majal como monumento al amor más fiel, encontré dentro de muchas otras cosas un amigo fiel y cercano disfrazado de papá hindú