La fortuna de la rueda
¿Qué pasa con estas etapas que se tratan de esperar?, ¿qué pasa con el tiempo cuando esta suspendido?, ¿Qué pasa cuando te quedas a la mitad?
La idea de la rueda de la fortuna. Debemos darnos cuenta que la fortuna es estar en ella, estar vivos, estar aquí. Y es parte de este proceso que todo lo que sube tiene que bajar y todo lo que baja tiene que subir.
Sin embargo hay etapas que estas congelado en el medio. Cuando te dejan en esta posición en lo que cambia la gente y unos suben y otros bajan. Es donde estas sostenido, sin estar arriba pero tampoco abajo. Es este matiz gris, pero que también forma parte de la paleta de colores y que muchas veces no sabemos diferenciar, y forma parte de la rueda. La rueda de la vida.
Cuando te dejan suspendido, la impaciencia pregunta ¿cuándo terminará?, ¿cuándo sucederá algo importante?. Parecen momentos destinados al olvido, mismos que el tiempo los podrá disolver. Memorias no profundas, de pausas, de estar suspendido, bien, pero no avanzando.
La famosa “zona de confort” donde todo parece estar bien; pero es estático, sin movimiento, y con el tiempo puede llegar a sofocar. A sofocarte sin previo aviso, a secar ideas anhelos que callan el alma.
Estar en medio es parte de la rueda; es parte del proceso de aprender para llegar a estar arriba o estar abajo. Estos son los medios tiempos donde puedes puedes permitirte replantear la estrategia, donde se vale no hacer nada, donde vale más SER y no HACER. Es cuando revisas lo que traes en la maleta, ¿Con qué viajas?, ¿a dónde quieres llegar?
Estas pausas, muchas veces absurdas son parte del viaje, para cuando subamos tengamos el corazón recargado, y una maleta ligera para disfrutar lo más que se pueda el viaje; los logros, los momentos que venimos a congelar y a vivir, las carcajadas, y aquellas fotos que van directo a la sala o ponemos de portada en el celular.
Lo mismo pasa con las pausas después de estar abajo; en esos días que daríamos lo que fuera que no se repitieran más. Son pausas para volver a hacer ajustes, desempolvar lo que se olvido, rescatar lo que necesitamos para seguir de pie y con la frente en alto para nuestra próxima subida.
Estas pausas son para escribir, para respirar, para leer, para replantear, para preguntar, para responderse y para cambiar las preguntas y volverse a cuestionar. Para soltar, para perdonar, para ser un poquito más cálidos, para agregar una cucharada de azúcar a los que nos falta en nuestro trato del día a día. Estas pausas son para evolucionar.
Aprender a soltar y estar consientes que existe un motor más grande que controla todo. Desde la velocidad de las vueltas o las pausas, y estemos de acuerdo o no, estas vueltas seguirán, con nosotros o sin nosotros. Seguirán al mismo ritmo que estaba planeado, estés o no disfrutando la vuelta.
Hay que estar también acostumbrados a la altura, pues hay veces nos toca estar arriba y no podemos marearnos porque sabemos que todo baja; ni tampoco podemos tenerle vértigo a la altura pues hay momentos de estar arriba, y debemos de saber tambien recibirlos.
Tu actitud, es tu altitud. La experiencia se comparte las personas que te acompañan en la canastilla de la rueda de la, depende mucho de esto tu experiencia. Aunque también forman parte de la tripulación aquellas personas que se quedaron en tierra firme, esperando y saludando como si los que viajan están en un viaje interestelar, esas personas son claves, son puerto de salida y refugio de llegada.
Seamos conscientes donde estamos en la rueda de la fortuna de la vida, en cada momento. Ser consientes de como funciona el mecanismo interminable de subir, bajar o esperar para transformar.